Autor: Gilberto Aranguren Peraza
Mamá
después de tantos años de aliños
¿cómo queda
la cocina?
El caldero
colgado
la sartén
corroída
un día se
fueron tristes cerroabajo
arriba quedaste
con la locura
a la
espera de un bocado para tu salvación.
¿Te
acuerdas cuando los humos
convertidos
en harina
repartían
cáscaras de naranjas
en mitad
de las escaleras?
Recogías
sonriente
cada
trenza de concha
para la
tensión
decías
entusiasmada
absorbiendo
alelada el aroma
bendecido
y tibio del recuerdo.
De lejos
miramos
cómo la
vida husmeó el aliento
desprovisto
de la sal
del medio día.
Y sin
despedirse
las tardes
se fueron
olorosas
a café tinto
y a guisos
de mollejas.
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