Julia y el pintor de Viktor Lyapkalo (Rusia, 1956),
Poema de
Debajo de las sábanas
Autor: Gilberto Aranguren Peraza
2
Esta es mi cara, la misma postrada
en el espejo. No reflejada.
Al lado estás tú: son dos caras. Desde
aquí vemos cómo las cosas se levantan.
Levitan. Parecen no tener peso.
No tienen fuerza. Las imágenes reales de los cuerpos
están desposeídos de masa. Oscilamos y cambiamos
mientras la noche decide irse por el fregadero.
Siempre estamos en la cocina preparando comida.
Comer es el centro de la admiración familiar.
Cuando viajamos a la sala oscilamos nuevamente. Elegimos
rostros adornados con amuletos. Ignoramos la violencia del tiempo
y dejamos a las emociones
simplemente
dar gracias por la llegada de las sombras.
En cada tramo de la casa los espejos comienzan
a inventarse. Nos asaltan diciéndonos: "Hoy estás más gordo"
"Estás más viejo" "Cada día te pones más feo".
Solo cabe decir ante esto: ¡Es la edad, son los años!
Por eso odiamos a los espejos. Ellos revelan
los verdaderos rostros. Así como las barrigas
difíciles de ocultar con un jean, y esas caras
imposibles de aguantar con tantas cremas.
Sabes, podemos romper los espejos sin
miedo a la mala suerte, de este modo nos miraríamos
mutuamente
y nuestras almas regresarían
cada una
al cuerpo al cual pertenecen.
copyrigth©gilbertoarangurenperaza
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