con la muerte tejida en las paredes
ansiosos entramos apretando la mano
mientras la tierra encadena sin remedio
la soberbia desnuda y el trazo declinado
Miras el espejo que dibuja la imagen del viento
aquel que se abrió cual flor y humo
desbordando el profundo olor a perejil
acumulado en los huesos que un día se convertirán
en polvo y cal
Allá va el hombre enmascarado con tristeza de derrota
lleva acuesta el tiempo que vaga
por la piel sensible
deletreada y confusa
recoge los vidrios que descansan sobre el miedo
agitando el astro que sirve al placer y a la mentira
Por fin
el vino derramado clamó la sonrisa de piedra
ahí
el mundo huele lo mío
lo tuyo.
GAP