Tobias con el ángel de Anton Losenko (1737-1773)
Gilberto Aranguren Peraza
De noche cuando grito en la soledad
de la habitación, siento tu abrazo defenderme.
Tú eres el único a quién acudo para entregarme
al descanso porque me tratas con ternura y colocas
tu oído en mis labios. ¿Viste cómo mienten, cómo aman
lo falso? Tú por mí haces cualquier cosa. Te entregas
sin cautela haciéndote uno conmigo. Y soy feliz.
Nos quedamos callados en la cama ofreciéndonos
el cuerpo como sacrificio, cada centímetro de piel
es un ancho anuncio de alegría. Brindemos, el vino
se evapora y el tuyo se deshace del pan servido
al mediodía. No nos queda otra cosa. Dormir
en paz y abrazarnos fraternalmente
hasta el amanecer, porque sólo tú me ofreces
un seguro rincón en este mundo.
copyrigth©gilbertoarangurenperaza
No hay comentarios:
Publicar un comentario