Fotografía

Fotografía: Marisol Zurita Aguilera. Isla de Chiloé. Chile.

lunes, 30 de marzo de 2015

El corazón se asombró de la soledad




Con sus ojos en el corazón de Philips Hermogenes Calderon (Francia, 1833 - 1898)




Autor: Gilberto Aranguren Peraza
  
El corazón se asombró de la soledad
escondida con el gato ladrón en un rincón
y sintió el tiempo eufórico de cambio
tal como lo hacen el agua y el cielo de este precipicio

por ello nadie conoce aunque parezca
la vanidad del hombre cuando desayuna
arrodillado frente al orificio del mundo
sobre todo cuando sus lágrimas tocan

sin querer la rosa dormida y sin vida
dejada en la puerta del jardín
dados sus labios adoloridos de tanto besar  

porque el día se fue con la soga al cuello
mientras la paciencia larga de la tarde
lo acompañó por los senderos marcados por la boca.

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En nuestro día a día, perdemos de vista las cosas sencillas de la vida, el autor Gilberto Aranguren, a través del género poético, construye imágenes que conforman la interioridad de su mundo, le da importancia a cada aspecto de su vida y elige con cuidado aquello que le parece valioso y que pueda marcar totalmente la diferencia, él sabe que hay un mundo en su interior invisible para los demás y que cada evento exterior representa una ventana a su interior, ¡sus poemas son su reflejo!

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LOS RUIDOS DE LA CASA es una mirada íntima de los sonidos detectados por el espíritu como residencia suprema de los sentidos, en especial del sentido auditivo, el cual se afina para escuchar los sonidos que están dentro y que asoman el vínculo entre lo estético y la intangibilidad del alma. Las imágenes estremecidas por los ruidos se manifiestan y se van haciendo parte del cuerpo consolidando y convirtiendo la casa estremecida con los sonidos de Dios, en un canto donde el amor deja al dedo enredado en los hilos del mantel. Las imágenes del ruido, la casa, los fantasmas, la cama, la puerta, son un todo, son uno en la vida del espíritu del autor. “En mi casa hay miles de jarrones un perro llorón por las noches una sonrisa pegada en la pared izquierda una almohada en el salón de nieve y un cuarto de estrellas lleno de grillos.”