Autor: Gilberto Aranguren Peraza
Me dijiste voy
dormir a gusto
y si a la mañana
se le ocurre reventar
en un rincón
es preferible
estar cerca de tus brazos
y cuando aparezcas
temblando bajo la lluvia
saltaré encima
de las horas
con el rumor de la
carne dando vueltas
en la cabeza de sapo
heredada en el camino
porque fuiste capaz
de traerme alientos de la tarde
olorosos y
abiertos a esta cama de gritos
juntos vimos cómo
el amanecer se dividió
hasta ver la calle
ancha, desnuda y quieta
en las sombras poseedoras
de estas cenizas
dejadas en un canasto
en la puerta donde
todos los humanos
convertidos en ciudades
dibujan con sus palabras
las ideas de los otros.
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