Alas en la noche de Carlos Larracilla (México) |
“Pero eso se sabe después que pasa el proyectil"
Son voces de la infamia y la
crueldad
Le cuesta a la
tierra cultivar la ternura
sentada en el póstigo
está estremecida
al oír a la lluvia
hablar de la
monstruosidad
y todo como si
lo hicieran en el té de la tarde.
Ahí, el mismo color
convertido en ojos
de bala
atraviesan el cráneo
con un silencio
oficial
y el frágil
orificio por donde transitan
las más grandes
ideas del poder
invitan a observar
a las estrellas
como diosas
cercanas a las montañas
colmadas de vino
y abrazos
mientras se
merienda a la orilla del sendero
porque el camino
por donde viaja el proyectil
es la ruta entre
la desesperación y la muerte
ellos no ven y
no tienen cuido
con las horas atolondradas
y con los besos
cruzados en las esquinas
porque son tan
huecos
como las sombras dejadas por la crueldad.
Autor: Gilberto Aranguren Peraza
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