Arnulfo Romero (1917 - 1980) |
Autor: Gilberto Aranguren Peraza
“Jesús agregó: ¿No han leído cierta Escritura?
Dice así: La piedra que los constructores
desecharon
llegó a ser la piedra principal del edificio;
esa fue la
obra del Señor y nos dejó maravillados”.
Mateo, 21, 42
Con el mismo horror de los cuentos
el lobo entre árboles y senderos
de habitaciones
huele la sangre de muchos siglos.
Como un tonto se refugia
entre cruces de verdes
cantos eucarísticos.
En silencio y atolondrado
por un idioma irreconocible
mata al hijo del dueño
pero este se levanta como polvo
de palma
en mitad de la tragedia
y aquel
junto a su manada
se acuesta tranquilo
pensando cómo su tertulia de
balas
de tan sólo 114 dólares
agoniza en el pecho
del buen pastor.
Desesperado por el odio
suda lo grande de la envidia
su tristeza enorme
es una sabana
de piedras abrumadas
convertidas en cenizas
ellas siguen siendo gobernadas
por la incertidumbre de la
conciencia.
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