Autor: Gilberto Aranguren Peraza
“Lo
que no hay
primero
brilla como una estrella altiva
después
se va apagando
en
el espacio vacío consolador y puro
de
lo que hay.
Cintio Vitier
Escasez
La escasez voltea la esquina
para instalarse en el mirador.
Brilla a oscura con una suave
sonrisa
enrojecida por el tiempo
cuando se camina tras del otro.
La fila es una torre de rocas
apiladas
convertidas en mansos acordeones.
El hombre con su arma
domina en su silencio
el viaje a lo inesperado
porque la boca de la noche
es el vacío del espectáculo de la
nada.
Todos sospechan el final
lúcido de nostalgias
y vagas conversaciones.
El ejercicio es un fluido de
máscaras
donde la ciudad esconde
a los niños dormidos en la memoria.
Por ello la entrega es un ocaso litúrgico
de equivocaciones y sorpresas
donde se desnuda un suspiro
ancestral
socavando el tiempo perdido
y la tristeza
compañera larga de la cola
se escurre a través del mimbre
como lámpara encogida
aguardando la alegría de los
rostros
cuando lo deseado
se adhiere a las manos
en medio de la lluvia.
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