Debajo del armario se
encuentra, inexplorablemente, un mundo diferente. Está atento a las seducciones
tempranas y austeras. Es un espacio infantil que crece y se conmueve cuando
expande sus límites. El cajón lleva inmóvil muchos años. Su peso real es más
grande que la amargura; por debajo, un Universo propenso a la reducción de su cosmos,
antes que alguien, de tanto verlo inerte, lo mueva y mire con desprecio, y a su
vez decida barrer, con una escoba de cerdas finas, la cola de un cometa.
GAP
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