Esa grieta sobre nosotros
con el desprendido de la mirada.
Luis Alberto Crespo
En: Resolana
Las libélulas contagiadas por el ángulo de los orgasmos
alcanzan los gritos aseadores de penumbras
como pescadoras convertidas en versos
van con su ira decidua de lazos
a encantar a los muñecos de plaza
con sus cajas repletas de grietas imposibles.
Ellos, con sus disfraces de especuladores de estancias
se rinden ante la infancia descifradora
de los tiempos circulares.
Abren sus bocas y vacían las letras de polvo
guardados en los jarrones donde fluyen los colibríes
y la noche como estatua vigila atenta
a la brisa callejera
con sus manos confundidas entre las piernas
y los ojos asombrados mirando el ombligo.
GAP
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