"¿Cuántas puertas rompió vestido de hombre"
Rafael Cadenas
Una isla
Una isla
Desnudas con el entusiasmo del día
y con el alma colgando como arete
las coincidencias sagradas suavizan los cabellos
atados a la mañana encargada de irse
dejándolas solas a la espera del diluvio.
Bajo el amparo del sol disuelven el resto del jardín
caminan sin mirar cómo sus picos limpian las plumas
y humedecen los cuerpos inconquistables.
El día convertido en delta
perdido y sonámbulo
abre las puertas de aquel amor en penumbras
con sus cuerpos danzando como juncos
en un río que avanza y se hunde conmovido.
De nada les sirve volar desprevenidas
atentas a la sed de la tierra y a los caminos llenos de palmeras
donde poco a poco los amantes como lámparas de bauxita
se convierten
lentamente
en una noche temblorosa.
Sus ojos en exilio observan el barro
formado en el borde de sus angustias
y las cicatrices (bañadas con un suave aceite de almendras)
se extravían en los secretos muy bien guardados
mientras vuelan
sin imaginárselo
su amor es una vasta llanura.
GAP
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