Fotografía

Fotografía: Marisol Zurita Aguilera. Isla de Chiloé. Chile.

viernes, 12 de septiembre de 2014

El silencio de Dios es un páramo




El silencio de Dios es un páramo
de membrana abierta
y callada
con trenzas de hilo
que hicieron del barro las voces
dibujadas
como caricaturas de grandes eventos.

Fueron los días en que las aguas
estremecidas y cercadas de polvo
sirvieron de esquinas con las aves distraídas 
engañaron a las mujeres
que tenían cabelleras iguales
a las mañanas de agosto.

Una carretera 
que atardece de blanco
la vaca negra posada en el camino
la noche oscura
y un hombre que no ve.

Las sombras de la tarde convierten el recodo 
del pensamiento de Dios
en silencios y olvidos
un páramo amarillo se ufana
de su contemplación.

En las montañas
el tiempo dejó de pasar
sus huellas son polvo y bruma.

GAP

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En nuestro día a día, perdemos de vista las cosas sencillas de la vida, el autor Gilberto Aranguren, a través del género poético, construye imágenes que conforman la interioridad de su mundo, le da importancia a cada aspecto de su vida y elige con cuidado aquello que le parece valioso y que pueda marcar totalmente la diferencia, él sabe que hay un mundo en su interior invisible para los demás y que cada evento exterior representa una ventana a su interior, ¡sus poemas son su reflejo!

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LOS RUIDOS DE LA CASA es una mirada íntima de los sonidos detectados por el espíritu como residencia suprema de los sentidos, en especial del sentido auditivo, el cual se afina para escuchar los sonidos que están dentro y que asoman el vínculo entre lo estético y la intangibilidad del alma. Las imágenes estremecidas por los ruidos se manifiestan y se van haciendo parte del cuerpo consolidando y convirtiendo la casa estremecida con los sonidos de Dios, en un canto donde el amor deja al dedo enredado en los hilos del mantel. Las imágenes del ruido, la casa, los fantasmas, la cama, la puerta, son un todo, son uno en la vida del espíritu del autor. “En mi casa hay miles de jarrones un perro llorón por las noches una sonrisa pegada en la pared izquierda una almohada en el salón de nieve y un cuarto de estrellas lleno de grillos.”