Autor: Gilberto Aranguren Peraza
Atentos vemos pasar la noche
por la ventana de muerte tejida en las paredes
y la ansiedad apretando la mano
mientras la tierra encadena sin remedio
la soberbia desnuda y el trazo declinado.
Miras el espejo que dibuja la imagen
que se abrió cual flor y humo
desbordando el profundo olor a perejil
acumulado en los huesos de polvo y cal.
Allá va el hombre enmascarado con tristeza de derrota
lleva acuesta el tiempo que vaga
por la piel sensible
deletreada y confusa
recoge los vidrios que descansan sobre el miedo
agitando el astro que sirve al placer y a la mentira
con el vino derramado en la sonrisa de piedra
y la mirada
que borda los adioses hecho verbos.
Su sonrisa conjuga la lumbre que se hace tarde
con el sueño en el umbral
donde oscurecen los gritos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario