Autor: Gilberto Aranguren Peraza
Los golpes
eran la manera más cómoda de superar
sus vergüenzas
un día se les ocurrió
darme con lo primero
encontrado en el camino: la chancleta.
Para ellos ha sido difícil recordar,
de hecho lo recuerdan y cuando lo hacen
no lo aceptan, sobre todo cuando aparecen, inesperadamente,
las imágenes con sus mosaicos de emociones
temen a la oscuridad del pasado
aun así, cuando introducen la llave en
la puerta
abren la vida entera con sus dolores
y rencores por superar.
Pasado los años se desprenden de mí
poco a poco
un sinnúmero de pensamientos
sólo son frases sueltas
caen y caen
como hojas de un árbol
como testimonio en un abismo
Perdonarlos y perdonarme
es un tributo a la piedad.
